La medusa
se peinaba
todos esos pelos
malos,
esos
sapos,
esas luciérnagas del
dia.
Se enmarañaba los garabatos entre
las
puas,
los cactus
lloraban
por sus meteoritos,
y
las llanuras
enviaban tratados
de
rendición.
Sus tentáculos se
alzaban
como hacen
los
satélites
y
las almas.
Se movían como olas del estanque,
como el gas y
la
espuma.
Como
espirales.
espirales.
...
Sus cabellos
erguidos
pertenecían a
otro
hemisferio.
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