Creía tener esa
válvula
incierta,
que permite al chorro
hacer figuras
entre los dedos.
Creía tener algo
propio,
pero cómo habré de
valorarlo,
si no se aprecia.
El talento o el sable,
el aguante o el guante.
Pegado sobre la piel,
surgir de entre
acantilados de papel.
Que te rechacen
siendo virgen,
por puta.
Que te mitiguen los
moratones autoinfligidos,
mientras superas los trayectos de satén.
.
Marcos
bellaco,
como atreves a
cuestionar mis andares,
mis andanzas
Entre que manglares
me has sumergido,
y entre que piscinas
nadaba.
No me sé el olor de
mis bragas.
Espejos, mudanzas.
Entierros y barcas.
Al mar,
y navegar con
templanza.
Amarte, Cortazar.
Rezar en balanza por
mil horas bravas.
Disfrutar de los
tiempos…
vientos, siento…
todo eso.
La teoría la
reinvento,
la reviento de oídas,
y en la práctica
miento.
Me traigo contento,
Artemisa,
al pecho:
me instigaste a perderlo,
si bien no tenia
constancia de tenerlo.
Creí que pescaba
meros,
bien contentos ante
el anzuelo.
La pesca,
deporte de eternos,
cansancios entre
maderos.
Que te miren y sepan
cielos,
estando yo en un
salero con paredes de eventos,
trasparentes e
incierto.
Que se enamoren de tu
reflejo,
querer dejar de ser
intenso,
querer no ser
y verme dentro.
Torbellino del
incesto,
negro,
púrpura,
Demasiado rápido para
el lento
intensidad en el
almuerzo
y comensales contentos.
Siempre viene bien un
ligero desprendimiento
Tirar piedras al
pecho,
reventar conejos.
Me asusta el cómo
veo,
necesito barqueros,
necesito palas,
necesito Hefestos.
Alquilarme una casa
dentro.
El pueblo,
bocazas,
disperso,
like Dada,
momentos.
Es Dios en la
ventana,
que me amordaza y me
sangra,
me tira flores
mientras me habla.
¿qué dices?
Bonanza
Pesadez que
redacta,
cemento,
pliegues,
pana.
Banderines y
estrellas varias.
Suena raro, pero
calma.
Es la poesía de la
vaca.
Sagrada y a la vez
pancha.
Violenta y a la vez
franca.
Incomprensible
Fusil en barricada
Apuntándome
Dispara.
Escríbeme cómo hablas
¿y si no pronuncio
palabra?
No hay temática,
metafísica,
extravagancia.
Dejarse ir,
dejarse ir
controlar, pernoctar
Vivir,
Existir.
Dejarme ser y ver en
mi
Constructos de nidos,
alambra y espino.
Suave,
como un pino.
Palmeras y conejillos.
Tocarme,
resolver conflictos.
Escribir,
plasmar sobre frisos,
dialogar lo que piden
mis hijos.
Necesito un hombre y
un piso,
solo historias que me incito.
No tengo a nadie,
tengo un amigo.
Estoy sola, me tengo
conmigo.
Es difícil entender
lo que digo.
Una cama y un nicho
Una noche y un dicho
Una vela y un bicho
Un proyecto y un
quiso
Una muerta y un guiso.
Despertarme entonces despierta,
morderme la lengua, querer dar media vuelta.
Estaba yo contenta,
violeta,
creo que tan solo
coqueta.
Mis ojos se creyeron
saetas,
obras de arte,
setas.
Y miraba a los que
intentaron verla.
Nunca permito vereda,
el propio camino me
altera.
Prefiero entregarlas
muertas,
bellas,
cadáveres de seda.
¿Con que me quedo?
Con brechas
¿Y como duermo?
Concreta
Ya despertaré a tu
vera, me pondré mis cosas y puerta.
El gracias no sirve
una mierda
Que te pegue y tu me
pegas.
El pagar de los
turcos belgas.
Que me rechaces por
sopas de piedra.
Me topo siempre con
la misma
puta siembra.
Me quiero perder en
una isla desierta,
sin compañeros
ni quebraderos de
cabeza.
Que me saquen esta
fuerza,
o que venga alguien y me enseñe a perderla.
Un maestro de
perchas:
solo quiero correrla.
Moratones y morenas.
Rubias, pintas,
grosellas.
El vivir aventajado,
en constante y
embarrado
Quiero cumplir ya mis
años.
Ser dueña del ganado,
mis hermanos,
piernas, brazos,
un cuerpo que nos es
dado.
No entenderás un
carajo.
Ella sabe que cada
uno tiene su bando.
Pierdo el tiempo
demostrando que los lenguajes son solo vocablos.
Las miradas,
los comandos,
temperamentos duros,
blandos.
Perdono hasta a los
santos ya que todos buscamos vasos.
Nada de lagrimas,
a nado.
Recipientes de tinta,
viertes
¿qué decirte?
Comprendo lo que
sientes
Te dije que te haría
daño
¿no será porque soy ermitaño?
No es dolor lo que
emano,
es incomprensión de
antemano.
Que no me sepan coger
la mano,
no dejarme caer,
vago.
Desmayarme
y caer en brazos.
Confiar en un humano.
¿cuan difícil es el
tratado?
Siempre hay
proscritos de bando.
Instrucciones,
las hablamos.
Quiero un amigo
blanco,
tu quieres un corcel
domado.
No te sirven
lametazos,
aunque solo a ti se los he dado.
Simplemente no puedo
dar donde hay un vano.
Ventanas y puertas,
sentirme un charco.
Que me duela el pan
tomado,
necesidad de sentirme
entre manos.
El amor es
complicado,
pero es sencillo si
es cantado
Las letras,
eventos,
son mosaicos,
cortando piedras,
encajando.
No quieres sufrir,
lo has pensado.
¿Qué sabes de mi?
Me has probado
¿Qué crees que yo se?
No has preguntado.
Me quiero morir,
de ahí viene el daño.
Lo demás es salado,
no engaño.
Te lo sirven en
cucharas de malaquita y no las limpias
Mi parte: el recibir
y el dar
El no saber concretar
ni mesurar
Servir mesas que se
van sin pagar.
Y dar y dar y dar.
Gritarle al viento:
“que me devuelvan lo que es mío”
Lo perdí en una
cascada,
hundido,
entre agua salada.
Un avión,
una brazada,
burbujas
y respirar bajo el
agua.
Resumiendo hay dos
opciones:
disfrutar del día,
comer fruta fría,
zumos de granada y
piña,
u olvidarte de esta
amiga,
que no entiende de la
vida.
Que me hagas poesía,
y me digas tu misa
con palabras y orina.
.
Que le digas
“abandono porque pica” a una enferma de cosquillas.